El muro (II)

Miguel Ángel Sánchez de Armas




¡Lo dije! Lo dije aquí mismo antes que cualquier otro analista. Pero, ¡Helas!, nadie es profeta en su tierra. Fox no me hizo caso y ya se ve cómo le está yendo en su condición de “ex”. Bush Jr y sus asesores me ignoraron olímpicamente y ahora andan con rechinar de dientes y tronar de huesos en busca de una mano de gato que les saque las castañas del fuego. Diablos, no tengo más remedio que citarme a mí mismo para que no se pueda decir que no lo advertí a tiempo. Hace exactamente un año, cuando los republicanos creían tenerlas todas consigo y de este lado nuestros padres de la Patria lanzaban declaraciones y esgrimían boletines de prensa ante el problema, escribí:

“… es un error protestar por el muro. Al contrario, debemos exigir que se levante a lo largo de toda la frontera. Y no doble, sino triple y de ser posible cuádruple. En las actuales condiciones del mercado mundial de acero esto sería una bendición para las siderúrgicas mexicanas (ni modo que los gringos compren lámina en China) y se crearían miles de empleos bien pagados en Coahuila, Nuevo León, Michoacán, Veracruz y Yucatán, donde están nuestras plantas más importantes.


“Pero eso no es todo. Poco después de venderles el acero, llegarían emisarios confidenciales para suplicar por acuerdos de trabajo temporales para integrar los escuadrones de varilleros, soldadores, laminadores, alambreros y chalanes que levantar un muro de acero de tres mil kilómetros exige… porque nadie cree que los güeros de la guardia nacional vayan a poder, ¿verdad?”



Pues bien, bajo el encabezado “Multan a empresa del muro por usar indocumentados”, leo en Milenio el viernes 30 de marzo:


“La Corte Federal en San Diego, California, multó con 5 millones de dólares a la empresa que construyó el cerco fronterizo que divide a México de Estados Unidos y a su presidente por haber contratado a indocumentados mexicanos para levantar la barda.


“El juez federal Barre Moskowitz multó a la firma Golden State Fencing con 4 millones 700 mil dólares, y a su directivo, Melvin Kay, con 200 mil dólares, por dos cargos de contrato de trabajadores inautorizados en el país.


“El empresario Kay tendrá además que permanecer en encierro domiciliario 180 días y proporcionar mil 40 horas de trabajo comunitario, en cualquier lugar que lo requiera el gobierno del condado afectado.”


Resulta además que don Melvin, quien es también inmigrante a la tierra de los dólares, dijo en su defensa que jamás explotó a sus trabajadores ni les negó servicios de salud y otros beneficios. Vaya, vaya. Qué bonito.


¿Alguien se ha puesto a pensar por qué Bush Jr dijo en su discurso en Mérida que buscará un acuerdo para trabajadores migrantes? Pues por que con lo del muro le pasó lo que la abuelita de Lincoln siempre decía: “Don’t take no bites that’s too big to swallow, son!” Primero convenció a sus compatriotas, a sus diputados y a sus senadores de que Saddam tenía “armas de destrucción masiva”; luego les hizo creer que el verdadero peligro era la “amenaza mexicana”; ahora no sabe qué hacer para cumplir ni allá ni acá.


Así que insisto en lo que propuse hace 12 meses: hay que ayudar a construir el dichoso muro: “Al final, el tortilla wall sería un obstáculo formidable para el narcotráfico. El precio del crack en Nueva York, Washington, Boston y Seattle se iría a las nubes; la Acapulco Golden escasearía en Beverly Hills, Vermont, Cape Cod y Miami… el electorado se alzaría en armas y en las siguientes elecciones el Partido Republicano pagaría las consecuencias. Entonces, ya desde una posición de fuerza, nos sentamos a negociar en serio con los demócratas los términos de una nueva relación.” Tan, tan.


(A petición popular Juego de ojos toma un respiro. Nos reencontraremos el jueves 10 de mayo. Gracias.)


sanchezdearmas@gmail.com
(30. 03.07)