La maldición de la Plaza Mayor
Miguel Ángel Sánchez de Armas


Hace muchos años, cuando era un joven reportero, estuve en la inauguración del gigantesco drenaje que corre bajo la avenida Churubusco en la ciudad de México. Octavio Sentíes, entonces regente, declaró con engolado tono que en ese momento terminaban las inundaciones en la capital. Pero “en ese momento” comenzaron las primeras gotas de un aguacero y la nota del día siguiente fue... ¡la mayor inundación de que se tuviera memoria en el Valle!

Con frecuencia saco a colación la anécdota como ejemplo de la mala suerte. Mas de acuerdo a mis amigos Lorenzo Lazo y Juan de Villafranca, quizá no haya sido mala suerte sino destino anunciado, una maldición de la Plaza Mayor. Ellos lo escribieron y yo comparto con usted un resumen de su agudo y jocoso texto.

“El Templo Mayor, el Gran Teocali, según el mito prehispánico representaba una institución espiritual de poderosa fuerza que administraba premios y castigos. Qué poder no tendrá ese recinto que sus influjos, atravesando los siglos, han alcanzado a quienes han gobernado el Valle de México.

“Quizá en ese lugar actúa con el mismo impulso la profecía precolombina que indicó el sitio en que habría de edificarse la Gran Tenochtitlán; designio de los dioses que impedía a los guerreros de otras tierras dominar ese territorio. Parece un mal augurio el que se hace evidente desde aquel primer cabildo español, encabezado por Hernán Cortés, y que es en nuestros días herencia de un cargo que ha determinado la suerte de quienes han estado al frente de su alcaldía.

“De los 13 más recientes Regentes y Jefes de Gobierno de la Ciudad de México que han aspirado a la Presidencia de la República, por lo menos 12 fracasaron notoriamente en su intento.

“1. El primero que expresó su interés por alcanzar la Presidencia desde lo que entonces se llamaba “Departamento Central”, fue Fernando Casas Alemán, Regente del Distrito Federal de 1946 a 1952, quien perdió estrepitosamente la posibilidad de llegar a gobernar el país creyendo que para ello sólo se requería dedicación y el apoyo de su propio apellido.

“2. Posteriormente, Ernesto P. Uruchurtu, conocido como el “Regente de Hierro” (lo que tal vez le valió para seguir en el cargo a lo largo de tres sexenios, de 1952 a 1966), en un exceso de autoridad dio la orden de que unos tractores arrasaran las viviendas de un asentamiento ilegal. Ello le costó el puesto y el futuro político.

“3. Alfonso Corona del Rosal, al frente del Departamento del Distrito Federal de 1966 a 1970, si bien pudo superar la crisis política del año de 1968, ante el movimiento del 10 de junio de 1970 pierde la oportunidad de llegar más lejos.

“4. Alfonso Martínez Domínguez, a quien se le atribuye la autoría intelectual de los sucesos violentos del 10 de junio, en los que aparece el grupo de choque conocido como “Los Halcones”, hace su propio esfuerzo pero también pierde en su estrategia de ser el Primer Mandatario de la Nación, terminando finalmente en el nada despreciable cargo de Presidente del PRI.

“5. Octavio Sentíes Gómez, regente de 1971 a 1976 y cuñado del Presidente Echeverría, ve que sus anhelos de progreso político no llegan a ser realidad.

“6. Carlos Hank González, regente de 1976 a 1982, propone las reformas al Artículo 82 de la Constitución para las elecciones presidenciales de 1982 para que los hijos de padres o madres extranjeros puedan ser presidentes de México, mismas que no son aprobadas sino hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y despejan el camino para que Vicente Fox llegue a ocupar la Presidencia. Hank González tampoco pudo escapar al maleficio del cargo en el gobierno del D.F.

“7. Ramón Aguirre Velázquez (1982-1988) cuya aspiración presidencial se derrumba con el sismo de 1985. La mala sombra de las “concertacesiones” lo siguió hasta la pérdida de la gubernatura de su tierra natal, Guanajuato.

“8, 9, 10. Esta generación está consciente de los resultados de esa terna que estuvo formada por Manuel Camacho Solís (1988-1993); Manuel Aguilera Gómez (1993-1994) y Oscar Espinosa Villarreal (1994 -1997).

“11. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1997-1999), a pesar de lograr ostentar por primera vez el nombramiento de Jefe de Gobierno del Distrito Federal como resultado de una elección, tampoco alcanzó la silla presidencial, aun con haber tenido la candidatura de su partido en dos intentos consecutivos.

“12. Rosario Robles, Jefa de Gobierno del D.F. de 1999 a 2000.

“13. El número 13 de la lista es Andrés Manuel López Obrador, al frente del gobierno de la ciudad de 2000 a 2005, de quien aún no sabemos qué le depara el destino.

“¿Será que la maldición de la Plaza Mayor significa que nadie puede gobernar dos veces en el sitio que colinda con ella? ¿Acaso la sombra de la Catedral Metropolitana sella para siempre el destino político de la oficina que antes pertenecía a la Regencia de la Ciudad y que ahora es ocupada por el Jefe de Gobierno del D.F.? ¿Será que gobernar el D.F. no es lo mismo que gobernar todo el país? ¿Estarán los 13 gobernantes del D.F. unidos en la historia por su intención frustrada de aspiración presidencial? ¿Esta maldición de facto podrá ser conjurada por AMLO?¿Alejandro Encinas llegará a formar parte de este grupo?”
9 de julio de 2006
sanchezdearmas@gmail.com